La expectativa de que Israel debe ignorar las lecciones aprendidas de la destrucción de los judíos europeos es irracional.
Comprendo muy bien a las personas que rechazan la comparación entre Adolfo Hitler y Mahmoud Ahmadinejad, Alemania 1939 e Irán 2012 o el Estado moderno y bien armado de Israel y de indefensión en la época del Holocausto de los judíos europeos. Las diferencias son tan grandes que no es de extrañar que muchas personas encuentran ridícula esta comparación.
También puedo sentir empatía por aquellos que sospechan que los partidarios de un ataque a Irán muestran imágenes del Holocausto con el fin de promover su causa. En los últimos años, cualquier dictador de pacotilla, que amenaza a Israel es el sucesor de Hitler, en los últimos días cualquier crítico de las políticas israelíes es un Gobbels y todos los reclamos para negociar sobre la base de las fronteras de 1967, no son mas que una parada en el camino hacia la Solución Final.
Y cuando los colonos zelotes llaman nazis a los soldados de las Fuerzas de Defensa de Israel, y a sus comandantes como Eichmann, o como sectores radicales de izquierda describen al ejército de Israel como tropas de asalto SS y a Gaza como Dachau, y cuando el propio Adolf Hitler se convierte en el favorito de YouTube en escenas de la película “La caida”, difícilmente se puede culpar a la gente por negarse a tomar en serio las analogías del Holocausto.
Pero incluso si el legado del Holocausto ha sido groseramente trivializado y explotado cínicamente por los políticos en Israel y en Estados Unidos, sigue siendo una presencia imponente en la vida de la mayoría de los israelíes y los judíos, de forma individual , y de Israel y la Diáspora, de manera colectiva. No es un recuerdo lejano, no es una tragedia histórica, no es algo que le sucedió alguna ves a nuestros antepasados en una tierra extraña y distante, no es un truco, no es una portada, no es un pretexto, como tampoco una disculpa. A pesar que los últimos sobrevivientes están desapareciendo rápidamente de nuestras vidas, aunque sus hijos y sus nietos tengan una vida segura y cómoda, incluso si Israel tiene el ejército mas poderoso del Medio Oriente y un arsenal nuclear, que puede destruir cualquier maniobra de sus enemigos más de siete veces, los recuerdos del Holocausto están omnipresentes. Y 70 años después del hecho, es el prisma principal a través del cual yo y la mayoría de los judíos ven el espectro de un Irán con armas nucleares, y es la caja de resonancia donde se escuchan los argumentos a favor y en contra de un ataque militar.
Mi madre, bendita sea su memoria, nunca perdonó a sus padres por negarse a abandonar Praga después de la ocupación nazi en 1939, a pesar que había oportunidades para obtener una visa de salida. Y nunca se perdonó a sí misma por no insistir.
Son sólo bravuconadas, le dijeron. El mundo no lo permitirá. Los alemanes nunca estarían de acuerdo. La soberbia civilización de Goethe, Schiller y Beethoven no puede albergar tanta maldad. Herr Hitler podría ser un político astuto, despiadado y odiar a los judíos, pero no es un loco. Él conoce sus limitaciones. No es un suicida. Él no quiere empujar a su país al borde del abismo. Todo lo que necesitamos hacer es esperar y esto también pasará. Tú sigue adelante, le dijeron, pero nosotros nos quedamos aquí. Todo va a estar bien.
Mi abuelo murió de tifus en octubre de 1943 en el campo de concentración de Terezín, en Checoslovaquia y mi abuela fue gaseada en Auschwitz a fines de 1944, cuando los alemanes ya habían perdido la guerra, pero increíblemente persistieron en utilizar sus últimos recursos para asesinar a tantos judíos como les fuera posible. Y cuando a los aliados se les pidió bombardear los campos y las líneas ferroviarias que conducían a los campos de la muerte, pidieron no se molestados. Ellos se dedicaban a otra cosa.
Así que después de escuchar con atención los análisis de los expertos acerca de las rivalidades internas entre los ayatolas, las limitaciones del régimen iraní, la necesidad que tienen de desviar la atención por el deterioro económico que padecen, sobre la creciente oposición interna, las perspectivas de un cambio de régimen, que 3000 años de civilización no corren riesgo, sobre la racionalidad oculta de las bravatas irracionales, el hecho de que el liderazgo iraní no es suicida y no pondrá en peligro su propia existencia y el poder de disuasión del poderoso ejército de Israel y su arsenal nuclear, después de todo esto, sigo creyendo, al igual que muchos judíos e israelíes, que un Irán nuclear es la peor opción posible y que cualquier acción y todo lo que se pueda hacer se debe hacer para prevenirlo.
Y aunque admito que esta actitud está fuertemente influenciada por el trauma y el legado del Holocausto, rechazo la idea de que esto es irracional. De hecho, lo opuesto es cierto: es la expectativa de que cuando se tiene que tomar una decisión acerca de Irán, los israelíes deben ignorar su experiencia, hacer caso omiso a sus recuerdos y olvidar las lecciones que aprendieron de la destrucción de las comunidades judías de Europa, que es en sí misma irracional. Los judíos saben mejor que nadie que lo impensable no debe descartarse, que lo monstruoso es a menudo una opción viable y que dentro de cualquier mente antisemita, fría y calculadora puede acechar una bárbaro homicida a la espera de una oportunidad.
Después de todo, lo que diferenciaba a Hitler de todos los demás adherentes a su accionar , no era ni la motivación, ni la intención de exterminar a los judíos, sino el hecho que no tenían los medios ni la oportunidad de hacerlo. Cuando Irán pueda arrojar su bomba y sus misiles, tendrá a su alcance su instrumento para la destrucción de Israel. Ningún lider racional de los que hay hoy en Israel – que a pesar del cliché, se levantó de las cenizas del Holocausto – jamás podría permitir que tal cosa suceda.
Con excepción de aquellas personas que tienen los peores sentimientos en el corazón hacia Israel y que consideran a través de un prisma que la política exterior de los Estados Unidos tiende a debilitar lo máximo posible a Israel, la mayoría de los opositores a una confrontación militar con Irán, ya sea estadounidense o israelí, están convencidos de que le haría un daño mayor a los intereses de Estados Unidos en Medio Oriente, y que tendría consecuencias terribles para Israel y toda la región en su conjunto. También están convencidos de que Irán no atacará a Israel con armas nucleares, porque el régimen después de todo, es completamente racional y trata de sobrevivir.
Por mi parte argumento y admito que algunos candidatos republicanos que a veces aparecen alegremente promocionando un ataque contra Irán – recuerdo cuando en el año 2008 John McCain tarareaba “bomba, bomba, Iran”” ; como así también a rabiosos derechistas que practican la diplomacia del desprecio no creen en sanciones; creo que los liberales y los europeos son pusilánimes apaciguadores y ven a todos los musulmanes –incluyendo a Hussein Obama, por supuesto - un Iran que quiere colaborar con la civilización occidental, pero nada les gustaría más que ver nubes de humo, con preferencia en forma de hongo sobre Teheran.
Pero la mayoría de los israelíes, de ambos lados del espectro político, prefieren un Irán sancionado por la comunidad internacional y derrotado en la guerra clandestina que se está librando contra ese país. Ellos están perplejos por la oposición de algunos jefes de seguridad israelíes ante un posible ataque, y absolutamente aterrorizados de sus secuelas y sus consecuencias, y el peligro que estos jefes de seguridad pueden ser mas destructivos que si Irán hubiera construido la bomba.
Sin embargo, cuando mas se presiona, cuando todas las demás opciones se han agotado, cuando no hay otra izquierda complaciente, cuando es sí o no, matar o morir, entonces creo que la mayoría de los israelíes y los judíos en general, incluyéndome, apoyará un ataque militar. Y la única manera de evitar este arriesgada y peligrosa acción , es detener de manera abrupta el desarrollo nuclear iraní, detenerlo ahora.
De lo contrario, hay grandes probabilidades, mas allá de grandes dudas y terribles recelos de que los aviones serán enviados, los misiles se pondrán en órbita, la tropas desembarcarán y a continuación explotarán las bombas. Todo esto debido a que la frase “NUNCA MAS”, extremadamente mal y cinicamente manipulada a través de los años, estaba destinada ha hacerse realidad en ese mismo momento.