"DON FRANCISCO Y LA PESTE" poema de Pablo Schvartzman

Posteado el Jue, 09/10/2014 - 16:26

DON FRANCISCO Y LA PESTE

“Yo no soy, pué, gringo, mijo;
la peste a mí no me dentra…”
Tengo presente la frase
de la década del treinta;
nos la decía don Francisco
si aplaudíamos su gesta
de montar pingo tan bravo
a sus años, más de ochenta.
“Pué yo no soy gringo, mijo:
la peste a mí no me dentra”.
Lo estoy viendo y estoy viendo
su pesar y su tristeza
por el drama que sufrió
y que marcó su existencia.
Tenía una sola hija,
y él y su compañera
la criaron de lo mejor
dentro la honrada modestia
de su pasar chacarero
en cercanías de mi aldea.
La chica se enamoró
de un individuo cualquiera
y, aunque muy bien no cayó,
respetaron que eligiera
para marido a ese hombre
y se formó la pareja.
Al poco tiempo nomás
la cosa se daba vuelta.
La muchacha regresó
con una tremenda queja:
después de una discusión
fue agredida con dureza.
Y aquí reaccionó su padre:
la llevó él mismo de vuelta
pero le advirtió al marido:
--Con esto, Juan, no se juega.
Y lo amenazó muy serio:
--Si de nuevo mi hija llega
ofendida y amargada
contándome estas vilesa,
no me va a quedar a mí otra
que aujeriarte la cabeza.
Así que Juan ya sabé;
yo no insisto en la alvertencia.
Muy poco tiempo después
repitió la peripecia
y don Francisco fue a verlo
el Coltreintiocho en la diestra.
Pocas frases pronunció
y cumplió con su promesa.
Un par de meses después
nacía el nieto o la nieta
(me esfuerzo pero no logro
ya recordar lo que era)
y moría la joven madre
agobiada de tristeza.
Don Francisco se entregó
cumpliendo con su conciencia,
pero no por mucho tiempo
lo tuvieron entre rejas.
Pasó un tres cuarto de siglo
y estoy viendo su cabeza
pesarosa de infortunio,
adversidades y pena.
Y aunque él era incapaz
de acciones o frases huecas,
solía repetir aquello:
“La peste a mí no me dentra
pues yo no soy gringo, mijo,
y ni me pueden las penas”.

Pablo Schvartzman
24.9.2014