Alguna vez leí que el pueblo judío es un pueblo ordinario con una historia extraordinaria, pero creo que quien emitió estas palabras se equivocó, el pueblo judío no es un pueblo ordinario porque a él le están vedadas cosas que a todos los demás se les permite. Hoy en día, la prohibición que se le intenta imponer es nada menos que el ejercicio de la autodeterminación en su tierra ancestral, Israel.
“Este es un libro que nunca hubiera deseado tener la necesidad de escribir, podría decirse que es un escrito de autodefensa.” Con estas duras palabras se inicia el prefacio de mi nuevo libro, y es que lo siento así, siento que hoy ser judío y defender el derecho de ese pueblo a ser un pueblo normal como todos los demás conlleva hoy todo tipo de riesgos, incluso riesgos físicos. Nunca en a historia se le permitió al pueblo judío la posibilidad de normalización y hoy no es la excepción.
He decidido llamar a mi libro “Deconstruyendo La (Neo)Judeofobia”, título que ya de por sí que nos remite al estudio pormenorizado de las relaciones simbólicas que constituyen el universo actual de un odio ancestral, el odio al judío. Pero el subtítulo del libro, por si hiciera falta, es más explícito aún: “Crítica A Los Fundamentos Del Antisemitismo Actual (Mitos Y Realidades De Un Odio Reciclado).”
Apenas han transcurrido 65 años del apagado de los hornos de Auschwitz y nos sorprendemos como, en los últimos 10 años, una forma “nueva” de judeofobia se ha erigido y corporizado ante nuestros ojos, y lo peor es que es una forma “docta” de odio, tiene el expreso apoyo de grandes sectores de la “intelectualidad” y el “pensamiento crítico”.
A partir del año 2000 nuevamente vimos erigirse el dedo acusador señalando nuevamente hacia los judíos, en este caso hacia su estado: Israel. Y se ha naturalizado la idea que es “justo” blandir todo tipo de argumento en contra de este estado. El problema es que la mayoría de esos argumentos se basan en mitos y fantasías con tanta “entidad” como las acusaciones de deicidio del medioevo o las acusaciones de ser un contaminante racial del nazismo. Lo que cambia es que el sentido común progresista le inviste de un halo de pureza e intangibilidad a lo que no es ni mas ni menos que la continuación de la judeofobia bajo una forma novedosa.
En esta obra intento realizar una vivisección de las formas contemporáneas de la judeofobia. Intento quitarle sus ropajes progresistas, hacer visibles sus contradicciones retóricas y demolerlas con la crítica.
Intento realmente darle un carácter científico basándome en fundamentos estadísticos y documentales, y no como los críticos livianos que se enfocan en la retórica sin fundamentos ni basamentos. Por ello esta es una obra que tiene una gran cantidad de cuadros estadísticos y citas de fuentes, para que el lector pueda seguir la trama argumental desde sus propios sostenes.
En un mundo en el que la judeofobia se ha naturalizado y que está signado por una forma “sutil” de judefobia que aparecerá como parte esencial del pensamiento “políticamente correcto”, e intenta transvestirse de “antirracismo progresista”, mi trabajo busca desnudar estas maniobras retóricas y escarbando en sus presupuestos lo muestro como lo que realmente es; su opuesto, la más rancia forma de odio al otro: el antisemitismo.
La obra tiene tres partes:
En la primera parte es un viejo trabajo, del cual salio publicada una versión primitiva en la revista Nuestra Memoria, publicación del Museo de la Shoá de Buenos Aires, esta versión que publco aquí es una versión corregida y aumentada, en ella intento mostrar las relaciones de continuidad (o al menos de proximidad) discursiva entre lo que llamo las tres fuentes de la judeofobia contemporánea (la derecha radical, la izquierda radical y el islamismo radical). A mi entender, lo novedoso de este momento histórico es la existencia de espacios discursivos comunes, lo que implicará la existencia de una confluencia ideológica y de acción política, la cual se podrá apreciar, por ejemplo en la Conferencia contra el Racismo de la ONU realizada en Durban durante el 2001.
La segunda parte del libro se compone de una serie de artículos y ensayos cortos escritos en distintos momentos desde el estallido de la llamada Segunda Intifada (septiembre de 2000) hasta mas o menos mediados de 2009.. En esta parte me enfoco en el análisis profundo y pormenorizado de la judeofobia “progresista”, de “izquierda” o “globalofóbica”, como uno prefiera llamarla. Esta será la forma más moderna y “progresista” de odio al judío y se intentará esconder bajo la excusa del “ansionismo”, como si por un nuevo acto voluntarista de expresión retórica, y sólo porque ellos lo dicen, desapareciera la relación sionismo-judaísmo (el sionismo es una expresión de la identidad judía, casualmente la forma dominante hoy en día).
El último de los capítulos, es el más antiguo, escrito aproximadamente en 2003 ó 2004, en el me enfoco en el estudio de la judeofobia presente en el discurso de los líderes de opinión del mundo islámico, mundo en el cual, la opinión de los líderes tiene mucho más peso que en la nuestra. Aquí veremos como coexisten en perfecta armonía argumentos judeofobicos provenientes de distintos momentos históricos pero que en esas tierras se mantienen vigentes. Este capítulo incluye un apéndice con citas de líderes del mundo árabe que ilustran cada uno de los ítems del antisemitismo.
En suma, el lector encontrará en esta obra el fruto de una labor de investigación y estudio sistemático realizado en forma ininterrumpida por casi una década, un trabajo sobre un tema que mueve y conmueve, que obliga a involucrase y tomar partido. Un obra política en todo el sentido de la palabra, porque toma una postura clara y concisa y científica al mismo tiempo porque no es un ensayo retórico basado en un discurso cerrado, sino que por el contrario, abre, abre al debate y a la crítica de temas considerados “vacas sagradas” del sentido común. Y todo esto lo hace en un texto claro con una línea argumental mas clara aun.